Jerusalén fortaleza de rocas
fundada en Sión,
eres de Dios escogida
y hermosa su habitación;
Jerusalén circundada
de montes plantados por Dios;
Reyes y fuertes naciones irán
a Jerusalén la santa ciudad,
vamos, unos a otros dirán,
a Sión a implorar el favor de Jehová.
CORO:
Jerusalén, Jerusalén,
descenderás del cielo de Dios,
Jerusalén, Jerusalén,
eres más luminosa que el sol
por el resplandor de Cristo
el Señor.
2
Jerusalén, que desciendes
del cielo hermosa ciudad,
donde los hijos del Dios
verdadero iremos a estar;
Jerusalén, su plaza de oro,
su mar de Cristal,
bello lugar, majestuoso sin par,
morada de luz do reina Jehová;
eres hermosa provincia ideal
do reina la paz, y la santidad.
3
Jerusalén, palacio dorado,
ciudad del gran Rey,
su construcción es oro afinado
hechura de él;
donde también serán congregados
los que aman su ley,
donde murmullo de solemnidad,
arpegio cantar y felicidad,
cantos celestes se oyen cantar,
y honor a Jesús
quien nos vino a salvar
Jerusalén, ciudad de Dios,
hermoso hogar, lleno de amor;
glorioso Edén, lleno de paz,
lleno de luz y glorias mil.
Descenderá de lo alto de Dios,
como una esposa ataviada en verdad
2
Inconmovible construcción
es la ciudad de nuestro Rey.
Preciosas piedras jaspe son
resplandecientes como cristal;
son doce puertas que abiertas están,
y doce ángeles guardan su entrar.
3
La claridad y luz de Dios
existe en ti en plenitud,
para alumbrar eternamente,
día y noche sin cesar;
ni sol ni luna nos alumbrará,
Cristo el Cordero lumbrera será.
4
Morar allá será un placer,
teniendo a Dios por nuestro Rey,
viviendo en paz, donde jamás
podrá la muerte penetrar.
No habrá más llanto, clamor ni dolor,
Cristo Jesús nuestro todo será.
5
Jerusalén, nueva ciudad,
se encierra en ti la santidad,
pues no entrará el que hace mal,
habla mentira y falsedad,
sólo el que obra justicia en verdad,
y se halle escrito en el libro de Dios.
Ponciano Gallego V.
Al paso de los males a Cristo
me acerqué, y en él arrepentido
perdón y paz hallé; mis ruegos
escuchando, ayúdame Señor,
pues él alzó mi carga y libre me dejó.
CORO:
Jesús alzó mi carga,
¡pues yo no pude más!
entonces puso en mi alma
su tierna y dulce paz;
mis inquietudes todas
las vi desvanecer,
huyendo para siempre
por Cristo y su poder.
2
Mi suerte en el futuro
ligada está con él,
y en mis caminos todos
anhelo serle fiel;
y así mi vida amarga
dulzura halla en Jesús,
pues él quitó mi carga,
llevándome a su luz.
3
A veces mi sendero
tortuoso y duro es,
y marcho sin ayuda
en densa lobreguez;
mas alzo mi plegaria
buscando compasión,
en Cristo hallo consuelo,
amor y redención
Jesús Divino, fiel y benigno,
estoy rendido ante tus pies;
vengo a expresarte mi gratitud,
tu amor sin igual
me ha dado la paz
que en el mundo no hallé.
CORO:
Con todo mi corazón
te doy mi canto,
pues no hallo buen Señor,
como pagarte.
2
Sufriste muerte por salvarme,
tu sacrificio me redimió;
seguirte quiero, buen Salvador,
pues quiero llegar
a aquella mansión,
donde moras Señor.
3
Allá en el cielo donde tú reinas,
tendré la dicha de contemplar
tu rostro hermoso,
lleno de amor;
contigo estaré gozándome así,
por los siglos, amén.
Has oído las cadencias
de una marcha sin igual,
Que satura de victoria
la conciencia terrenal
Sus acentos melodiosos son emblema celestial,
De gloria y devoción.
CORO
Gloria, gloria, aleluya.
Gloria, gloria, aleluya.
Gloria, gloria, aleluya.
Jesús es el Señor.
2
Es la Iglesia que en su marcha representa la deidad,
y a su paso va tocando
la creciente humanidad
con palabras cuyo efecto reproducen con verdad
completa salvación.
3
En las filas del Maestro
soy valiente luchador
que buscando a los perdidos
me dedico con valor.
No me arredran los conflictos
ni la dura oposición.
Jesús es mi Señor.
Jesús es la imagen del Dios invisible
El primogénito de la creación
Por el fueron creadas
todas las cosas, las del cielo
y la tierra también
Por medio de el y para el
todo fue creado por medio de el
Por medio de el y para el
todo fue creado por medio de el
CORO:
Tu y yo fuimos creados
para alabanza de su ser
Todas las cosas fueron hechas para su nombre engrandecer
Tu y yo fuimos creados
para alabanza de su ser
Todas cosas fueron hechas para su nombre engrandecer
2
Él es antes de todas las cosas todas las cosas en el subsisten
Él es la cabeza
Él es el principio
Él es la vida toda plenitud
Él es Rey el es Señor
Él es el único gran Salvador
Él es Rey el es Señor
Él es el único gran Salvador
Jesús es mi refugio, en toda
tempestad, El es la Roca firme, de la
eternidad, el viento no me mueve,
ni me arrebatará, Jesús es mi refugio,
Jesús es mi refugio, nada me faltará.
2
Las turbulentas olas,
se arrojan sobre mí,
y las oscuras noches,
me empiezan a cubrir
mi barco navegando,
llegando al puerto va
Jesús es mi piloto, Jesús es mi piloto,
nada me pasará.
3
Jesús es el amigo que da tranquilidad
y es la medicina de toda enfermedad,
no temeré la lucha, porque me
guardará; Jesús es el amigo,
Jesús es el amigo de la humanidad.
4
Jesús, Pastor divino, nunca me
dejará, me guía por sus sendas,
hacia la eternidad en el valle de
sombras, lucharé contra el mal,
su vara y su callado, su vara y su
callado aliento me darán.
5
Señor omnipotente, mi alma no
temerá, porque Tú eres mi ayuda
y calmas mi ansiedad,
si voy en prueba dura,
su grande amor me dá
la gracia de tu gloria,
la gracia de tu gloria,
para vencer el mal.
Cuando yo vine al Salvador,
todo mi corazón le di;
sentí hasta entonces ya ser digno
de ver su rostro y ser feliz.
CORO:
\\ Pero él me habló;
Jesús me habló,
diciendo: "Hijo ven a mí"//
2
Ahora todo ser humano,
que quiera entrar en su mansión,
debe de confesar su nombre,
y rendirle toda adoración.
3
Y cuando estemos en el cielo,
Jesús allí me esperará,
diciendo: "Hijo, siervo bueno,
conmigo aquí vas a morar"
Señor, encuentro todo en ti,
junto a ti quiero vivir,
tu presencia yo sentir
Junto a ti, Señor, junto a ti.
CORO:
Quiero andar cerca de ti,
junto a ti quiero vivir;
y morir cerca de ti,
Junto a ti, Señor, junto a ti.
2
Aunque débil soy Señor,
tu poder me da valor;
satisfecho yo estaré,
Si tú estás, Señor, junto a mí.
3
A través del mundo cruel,
quiero siempre serte fiel;
quiero tu carga llevar,
Tuyo ser, Señor, tuyo ser.
4
Cuando ya mi frágil ser
cese aquí de padecer,
llévame mi buen Pastor
Junto a ti, Señor junto a ti.
En el monte Calvario
estaba una cruz,
emblema de afrenta y dolor;
mas yo amo a Jesús
que murió en la cruz,
por salvar al más vil pecador.
CORO:
¡Oh! yo siempre amare Jesús:
en sus triunfos mi gloria será;
y algún día en vez de una cruz,
mi corona Jesús me dará.
2
Y aunque el mundo desprecie
la cruz de Jesús,
para mí tiene suma atracción;
pues en ella llevó
el Cordero de Dios,
de mi alma la condenación.
3
En la cruz de Jesús
do su sangre vertió,
hermosura contemplo sin par;
pues en ella triunfante
a la muerte venció,
y mi ser puede santificar.
4
Yo seré siempre fiel
solamente Jesús,
sus desprecios con él llevaré,
y algún día feliz
con los santos en luz
para siempre su
La esperanza de todo cristiano,
es llegar con Cristo a gozar
en el reino de luz y de gloria,
donde todos sus hijos están.
CORO:
Las moradas donde él nos espera,
son de vida, de gozo y de paz;
con su sangre nos vino a ganar,
a los fieles promete ayudar.
2
Cuántas veces los fieles sufrieron,
que guardaron sus vidas con él,
y sus nombres escritos ya fueron
en el libro de vida de él.
gloria veré
3
Si tú quieres luchar, ¡oh cristiano!
pide siempre la ayuda al Señor,
con su fuerza te hará vencedor,
si tú sufres tendrás galardón.
4
¡Qué felices todos los hermanos!
que se guarden con Cristo
hasta el fin.
Sus moradas verán para siempre,
si soportan sufriendo hasta el fin
Cuan preciosa será la mañana,
cuando venga Jesús el Salvador;
las naciones unidas como hermanas
bienvenida daremos al Señor.
CORO:
No habrá necesidad, de la luz
o el resplandor,
ni el sol dará su luz,
ni tampoco su calor;
ahí llanto no habrá,
ni tristeza, ni dolor:
Porque entonces Jesús
el Rey del cielo
para siempre será consolador.
2
Esperamos la mañana gloriosa,
para dar la bienvenida
al Dios de amor;
donde todo será color de rosa
en la santa presencia del Señor.
3
El cristiano fiel y verdadero,
y también el obrero de valor,
y la Iglesia, esposa del cordero,
estarán en los brazos del Señor.
Somos un cuerpo en Cristo
con diferente don;
diáconos y ministros,
y la congregación.
Y si de acuerdo vamos,
crece la caridad;
solos no nos quedamos,
Jehová nos ayudará.
CORO:
Todos en uno amados,
todos en comunión;
siendo regocijados,
por esta salvación.
2
Aunque este cuerpo tiene
miembros en distinción,
empero todos juntos
con diferente acción,
uno se ayuda al otro
para poder obrar,
para que uno que otro
se pueda evangelizar
3
Este conjunto en Cristo
tiene alimentación,
él es el gran Obispo
de la congregación;
él es el arquitecto
que vida al hombre da,
luego le llama "hijo",
por toda la eternidad
4
Cristo, él es la cabeza,
él es el buen Pastor;
de él vino la promesa,
Cristo el Redentor
de toda esta Iglesia,
que sirve con verdad,
que ha amado su Palabra
y hoy goza de libertad.
5
Somos un solo cuerpo
en el Señor Jesús,
conforme al mundo muertos,
viviendo en su luz.
Somos participantes
de la resurrección,
y entraremos triunfantes,
cantándole a Cristo en Sión.
Una estrella vieron en oriente
Los cielos anunciaban al creador
La luz que en esta noche vino al
mundo
Mi senda oscura vino alumbrar.
coro
En una pobre aldea de Belén
El Rey del universo fue a nacer
No hubo para el Lugar mejor
Que nazca esta noche en tu corazón
2
La sombras de la noche silenciosa
Cubrían el pesebre de Belén
Los brazos de una madre cariñosa
Cobijan la esperanza de mí ser
Cristo es la peña de Horeb
que está brotando
agua de vida saludable para mí,
a todo aquel que sufre
o va llorando,
la paz le ofrece
por su sangre carmesí.
CORO:
Ven a tomarla,
es más dulce que la miel,
refresca el alma,
refresca todo el ser;
Cristo es la peña de Horeb
que está brotando
agua de vida saludable para ti.
2
Contemplo a Cristo,
por mí crucificado
en el calvario,
es rico manantial de salvación,
de perdón para el pecado,
de vida eterna y de gracia celestial.
3
¡Oh, pecador
que vas por el desierto!
por las candentes arenas del pecar,
oye la voz que dice: "Ven y bebe",
es Jesucristo que te quiere rescatar
En el valle florece la rosa,
la más bella del valle Sarón;
y la vida en Cristo es hermosa,
si se acepta con el corazón.
CORO:
Yo estaré con Jesús en el cielo,
do por siempre su rostro veré;
con los santos en sus alabanzas
con mi canto también me uniré.
En el valle florece la rosa,
es hermosa y trasciende su olor;
y el alma que en Cristo reposa,
ha encontrado la fuente de amor.
3
En el valle florece la rosa
y adorna los campos do está;
la palabra de Cristo es hermosa
en el alma que la acepta ya.
4
Si la rosa que está en el campo
que por tiempos hermoseando está;
¡cuánto más es la vida en Cristo!
que la ofrece por la eternidad
Sembraré la simiente preciosa
del glorioso evangelio de amor;
sembraré, sembraré mientras viva,
dejaré el resultado al Señor
CORO:
Sembraré, sembraré
mientras viva simiente de amor,
segaré, segaré
al hallarme en la casa de Dios.
2
Sembraré en corazones sensibles
la doctrina del Dios de perdón;
sembraré, sembraré mientras viva,
dejaré el resultado al Señor.
3
Sembraré en corazones de mármol
la bendita Palabra de Dios;
sembraré, sembraré mientras viva,
dejaré el resultado al Señor
Hay una tierra llena de encantos
do iré a morar;
bella y fragante
donde el Maestro va a reinar;
hay en mi tierra aves que cantan
trinos de amor,
y caminando por sus jardines,
se ve al Señor.
CORO:
La tierra de mis ensueños de oro,
aquella donde está el Señor.
La tierra donde mi alma adora
a mi Rey y a mi Salvador.
2
Tiene mi tierra
cielo brillante como cristal,
rayos muy claros y un sol de oro
cubre su faz;
la tierra es blanca,
como el armiño, es un ideal,
y sobre flores Jesús descansa
y oye cantar.
3
Allá en el cielo sus calles de oro
preparan ya, y ya sus pórticos
engalanados prestos están,
y un santo ángel muy presuroso
y con mucho afán
prepara el libro donde mi nombre escrito está.
4
La Biblia dice que esto es cierto,
es la verdad
Que a nada impuro es permitido
allá entrar.
Que en ese sitio sólo los santos
podrán llegar,
que Jesucristo sólo es la puerta
para entrar.
Soy la triste oveja
que dejó al Pastor,
yo andaba perdida
cuando él me encontró;
con un silbo suave
luego me llamó, y en sus brazos
al dulce hogar me llevó.
2
Las noventa y nueve
dejó en el redil,
y se fue al desierto
a buscarme a mí;
con afán inmenso luego me llamó,
y halló me gimiendo
de acervo dolor,
se acercó a mi lado y al verme lloró.
"Ven mi triste oveja,
escucha mi voz;
no me desconozcas,
soy el buen Pastor;
vamos al rebaño do mora la paz,
allí donde mora tu Rey celestial.
3
Si por la fatiga no puedes andar,
ven, entre mis brazos
te puedo llevar.
Ven mi triste oveja, vamos al redil
que muy tiernos pastos
tengo para ti;
conmigo por siempre
tú irás a vivir".
Y ya desde entonces yo vivo feliz
Meditad oh pueblos todos,
meditad oh mundo entero:
"Del polvo fuiste tomado
y al polvo serás tornado",
así dice el Creador;
como la hierba del campo,
que florece en la mañana,
mas cuando llega la tarde
su belleza se marchita
y pronto desaparece.
CORO:
Mas el que cree en Jesús,
en memoria de Dios estará,
y una vida eterna gozará,
cuando lleguemos a Sión;
y un himno nuevo entonarán
ante el trono del supremo Rey,
y el Señor mismo nos guiará,
oh qué hermoso todo allí será.
2
Nuestros años son veloces,
como nuestro pensamiento;
nuestra vida es una historia
muy llena de sinsabores,
de tristezas y dolores.
Nuestros días son tan cortos
que se pasan como un sueño;
el tiempo está limitado
y las horas son amargas
que nos hacen suspirar
Viene a mi mente fatal recuerdo de aquellos días cuando mi vida vagaba lejos de mi Señor. muchos engaños y sin sabores falsa alegría, cuando vivió lejos de Cristo lejos de Dios.
CORO
Ahora soy feliz con El, y no deseo regresar, los años que sin Dios pase no los quiero ni recordar.
Yo quiero siempre serle fiel pues grande salvación me dio y se que reinare con El al fin de esta dispensación.
2
de cuantas cosas se priva el hombre que no a entendido.
Que nunca ha oído lo que concierne a la salvación.
Mas cuando todos al evangelio hemos creído entonces Cristo nos proporciona la salvación
Como las flores tienen su tiempo
que ahora salen y mañana ya no
están así es el hombre
en esta vida
porque sus días contados van
pero el que tiene su vida en Cristo
su vida nunca deja de ser porque
aunque muerta este su carne
su vida siempre vivirá en El
CORO:
la vida es una flor
cultivada por Dios
muy delicada
cuidada con amor
y al hombre al cual la dio
la debe de cuidar
con precaución
porque si se marchita
esa preciosa flor
nunca revive
no vivirá
no quiere flores muertas
en su jardín mi Dios.
Sufrió agonía el Señor del universo, cuando el traidor le entregaba
con un beso; Siendo afligido
por los hombres aquellos estando herido perdón
pidió por ellos.
CORO
En mi sueño yo vi que te azotaban y corrí Señor a defenderte,
pero el verdugo que yo esperaba era otro, Al ver su cara, Señor
yo vi mi rostro
2
En el cielo do vive el que adoramos, hay una obra del hombre
y de sus manos, son las heridas
de la lanza y de los clavos, son las heridas que sufrió para salvarnos.
3
Las espinas hundidas en su frente y su rostro todo ensangrentado
fue quebrantando su vida
hasta la muerte llevaba encima
el peso del pecado.
En su gloria veré Su faz,
Cuando termine mi caminar,
De la muerte y del sepulcro
Me llevara
Si tú le sirves de corazón,
A ti también te llevara
Con el en gloria la corona nos dará.
CORO:
A Jesús le veré en los cielos,
Yo mirare Su esplendor,
Se que mis ojos lo miraran
Toda duda el borrara;
En las nubes su presencia yo veré.
2
El clamor se oirá,
Cuando su Iglesia con el se ira,
Confusión abundara,
sin el Redentor;
El amor huirá,
División aumentara,
Las naciones desearan un salvador
Los caminos de Dios son verdad,
gran deleite es por ellos andar,
de justicia y de santidad,
puede el hijo de Dios disfrutar;
sus veredas son llenas de paz,
sus calzadas hermosas en luz,
donde el hombre encuentra solaz,
y descanso a los pies de Jesús.
CORO:
¡Oh Jesús,
guíame siempre en tu amor!
que tu mano me sostenga fiel,
que tu Espíritu Consolador
siempre anime a mi pobre ser.
Ilumina el camino do voy,
que mi pie no resbale en el mal,
y al fin de mi vida llegar
a gozar con mi Rey celestial
2
Hay caminos que causan dolor,
que el hombre frecuenta en el mal;
pero Cristo el buen Salvador,
hoy le llama: "Ven a descansar".
¡Cuan dichoso y feliz es el ser,
cuando acepta gozoso al Señor,
y abandona el mundano placer,
y acepta de Cristo el amor!
3
El camino que muestra el Señor
es de vida, de gozo y de paz,
pues él mismo lo vino a marcar,
con su vida, con su grande amor,
no hay nada que infunda temor,
al que quiera hoy mismo seguir
a Jesús, y llevando su cruz,
para entrar en su reino de luz..
Si cruzas este valle tenebroso
sin luz en tu camino, fatigado;
si nadie a tu clamor ha respondido,
no temas que el Señor
está a tu lado.
CORO:
Trae al Señor cuidados
y quebrantos,
y ven a él con toda tu impureza;
limpio te hará,
y en su bondad Inmensa
te llenará de amor divino y santo
2
Jesús es viva fuente de consuelo
que calma los pesares de la vida;
él trajo, cual paloma, desde el cielo
el bálsamo de paz al alma herida.
3
Escucha el amoroso llamamiento
de Cristo, inocentísimo Cordero,
que vino a redimirte con su sangre
muriendo escarnecido en el madero.
Háblame Señor
si estoy durmiendo,
que pueda yo servirte
siempre fiel,
que pueda yo en tu altar
estar sirviendo, y en tu templo
vivir como Samuel.
CORO:
Despiértame del sueño para oírte,
y dame un corazón
como el de Eli, que yo
como Samuel pueda decirte:
Señor, tu siervo escucha,
heme aquí.
2
Háblame al oído que despierte
y yo como Samuel responderé;
si útil puedo serte hasta la muerte,
ordena lo que quieras, yo lo haré.
3
Mándame Señor con tu mensaje
y dame del aceite de la unción,
que lleve tu mensaje cual celaje,
y tendré como Samuel
tu bendición.
Quiero andar mi Señor
por tu senda de amor,
elevándome más y más,
por doquiera impartiendo
alegría y solaz,
pero lleno de tu bondad
CORO:
Mi sendero de amor llena hoy,
que tu Espíritu guíe mis pies,
y que siempre al cantar
lleno esté de tu amor,
el camino por donde voy.
2
Tenme cerca de ti
¡oh mi buen Salvador!
no permitas jamás, jamás,
que yo vague sin luz,
sin destino y sin paz,
mi sendero de amor llena hoy.
3
La jornada final
pronto terminará,
y no habrá más sufrir allá,
permíteme cantar
al augusto Señor.
Mi sendero de amor llena hoy
Mi llanto embriaga
el corazón de gratitud,
por el recuerdo
que ha quedado en la cruz;
mi alma derrama
lágrimas de compasión,
al recordar lo que se hizo
en mi favor
2
Mi alma contrita
no se cansa de llorar,
llora con llanto
pero es de gratitud;
siento sollozos
en mi pecho sin cesar,
en lo profundo clamo
siempre sin hablar.
3
Tengamos siempre
muy en cuenta ese dolor,
que Jesucristo
padeció con gran amor;
llevando encima
todo el peso de maldad
fue castigado hasta la consumación.
4
Al ver el cruento sacrificio de Jesús,
no puedo menos
que llorar de gratitud,
y no teniendo más
que darle a mi Señor,
mi corazón se me quebranta
en contrición
Oh Cristo escucha mi oración,
y atiende a mi clamor, solo en ti refugio tendré, al desmayar mi corazón, a ti vendré Señor, solo en ti refugio tendré.
CORO
Oh llévame a la Roca mas alta que yo, llévame, Señor, yo te seguiré; oh llévame a la roca mas alta que yo, solo en ti refugio tendré.
2
si lejos en la tierra voy temiendo mi ansiedad, solo en ti refugio tendré. Pensar podré que siempre estoy, seguro en tu bondad, Solo en ti refugio tendré.
3
Mi fuerte torre encuentro en ti que protección me da, Solo en ti refugio tendré. No pueda nada contra mi el que asechando esta,
Solo en ti refugio tendré
4
En tu presencia habitare sin duelo ni temor; Solo en ti refugio tendré. En mi yo siempre sentiré el ala de tu amor; Solo en ti refugio tendré.
5
Así Señor, alabare tu nombre sin cesar; Solo en ti refugio tendré
Y a tus altares siempre iré, mis votos a pagar; Solo en ti refugio tendré
Que bueno es Jesucristo
con qué le podré pagar,
cuando me vio navegando
en el mundo de maldad
extendió su santa mano,
él me quiso rescatar.
CORO:
Maestro, ¡oh! Maestro,
Maestro de Galilea
tú me viste navegando
como el barco en la marea.
Maestro oh Maestro,
Maestro de Nazaret,
no te olvides de los tuyos,
no los dejes perecer.
2
Qué bueno es Jesucristo,
nunca se me olvidará,
cuando yo le había ofendido,
él no vio mi iniquidad,
se mostró muy fiel conmigo,
perdonando mi maldad.
3
Mi vida ya era perdida,
el enemigo me hirió,
pero el buen Samaritano
transitando me encontró,
extendió su santa mano,
mis heridas el vendó.
4
Sólo te pido Maestro
que me aumentes más la fe,
para seguir avanzando
y animando al que no cree,
porque el tiempo está muy cerca,
y hay que predicar la fe.
Maestro, se encrespan las aguas,
y ruge la tempestad,
los grandes abismos del cielo
se llenan de oscuridad.
¿No ves que aquí perecemos?
¿puedes dormir así,
cuando el mar agitado nos abre
profundo sepulcro aquí?
CORO:
Los vientos, las ondas oirán tu
voz, "¡sea la paz!:
Calmas las iras del negro mar,
las luchas del alma las haces cesar,
y así la barquilla do va el Señor
hundirse no puede en el mar traidor.
Doquier se cumple su voluntad:
"¡Sea la paz! ¡sea la paz!"
tu voz resuena en la inmensidad:
"¡Sea la paz!"
2
Maestro, mi ser angustiado
te busca con ansiedad,
de mi alma en los antros profundos
se libra cruel tempestad;
pasa el pecado a torrentes
sobre mi frágil ser,
y perezco, perezco, Maestro,
j oh, quiéreme socorrer!
3
Maestro, pasó la tormenta,
los vientos no rugen ya,
y sobre el cristal de las aguas
el sol resplandecerá.
Maestro, prolonga esta calma,
no me abandones más:
Crúzale los abismos contigo
gozando bendita paz.
Aunque en esta vida
no tenga riquezas,
sé que allá en la gloria
tengo mi mansión:
Cual alma perdida
entre la pobreza,
de mí Jesucristo tuvo compasión.
CORO:
\\Mas allá del sol,
más allá del sol,
yo tengo un hogar,
hogar, bello hogar,
más allá del sol//
2
Y si por el mundo
yo voy caminando
de pruebas rodeado
y de tentación,
sé que Jesucristo
que me está llamando,
me llevará salvo
hasta su mansión.
3
A todas las razas
del linaje humano
Cristo nos ofrece plena salvación,
también una casa
no hecha de manos
que está preparada
allá en su mansión.
Dulces melodías cantaré
y alabanzas al Señor,
a su nombre gloria yo daré,
por su incomparable amor.
CORO:
De Jesús el nombre,
dulce es para mí,
canta el alma mía
melodías a mi Rey.
2
Yo vivía en sombras y en dolor,
triste, herido, pobre, vil,
mas la tierna mano del Señor
me llevó a su redil.
3
Fuente perennal de gracia hallé
al amparo de su amor,
su sonriente faz me imparte fe,
esperanza y gran valor.
4
Aunque por el valle de aflicción
tenga que pasar aquí,
mi Jesús dará su protección,
él se acordará de mí.
5
La rosada aurora anuncia ya,
que Jesús por mí vendrá;
mi alma alegre con él reinará
en la celestial ciudad.
Cuando vivía yo en el mundo sin esperanza y sin paz, jamás pensaba siquiera
Que encontraría yo solaz,
Errante y cual peregrino vagaba yo sin temor, me rescataste por gracia, ¡ Oh mi Bendito Señor!
CORO:
Ahora alabo tu nombre con todo mi corazón,
Me diste paz me diste vida, me diste la salvación, ahora canto alabanzas, con todo mi corazón, y solo anhelo servirte, ¡Oh, mi Bendito Señor.
2
En este mundo vivía sin conocer yo la luz, ahora vive mi alma con esperanza en Jesús.
Muy pronto vendrá en las nubes con inmenso resplandor, muy pronto podré yo verte, ¡Oh mi Bendito Señor!
3
Querido amigo que vives sin conocer la verdad, quizás tu carga sea mucha y no la puedas llevar, si aceptas a Jesucristo Él te dará salvación y juntos le cantaremos, a mi Bendito Señor
Yo tengo un Pastor sublime;
¡oh, qué dulce es cantar
a su amor!
su brazo sutil redime
del peligro,
al más vil pecador.
CORO:
Mi buen Pastor,
su cayado me guiará,
mi buen Pastor,
con su amor me sostendrá;
mi buen Pastor,
nada mi alma temerá:
Aunque en valle de sombra
de muerte yo esté,
sé conmigo y seguro estaré.
2
Yo tengo un Pastor que vive
en el cielo, a la diestra de Dios;
su vista mis pasos vela,
y dirige mi senda su luz.
3
Perdiendo su oveja un día,
de su trono a buscarla bajó,
hallándola ya perdida,
por salvarla, su vida entregó.
4
Si acaso perdido, errante,
sin Pastor vives hoy pecador;
si oyeres su voz amante,
ven, entrégale tu corazón
Hay una expresión muy linda,
que sale de dentro del alma,
la dice el niño y el joven,
y hasta el anciano la canta,
todos aquí conocemos,
la expresión que me refiero,
\\ es la palabra Aleluya,
que la cantan los que van al cielo //
CORO:
Que me critiquen,
que me persigan,
que digan de mí lo que quieran,
díganme loco, fanático, hereje,
porque mi copa reboza,
soportaré todo esto,
y hasta en mi cuerpo torturas,
\\ pero no soportare
que me eviten, decir Aleluya //
2
Dicen que estamos locos,
que no tenemos cultura,
y aunque esto sea locura,
de esta locura yo quiero;
pero los hijos de Dios
tienen un gran privilegio,
\\ es que nuestro manicomio,
está en el reino de los cielos //.
Mi pensamiento eres tú Señor,
mi pensamiento eres tú Señor,
mi pensamiento eres tú Señor,
mi pensamiento eres tú.
CORO:
\\Porque tú me has dado la vida
porque tú me has dado el existir,
porque tú me has dado fuerzas,
me has dado amor//
2
Mis alabanzas son de ti Señor,
mis alabanzas son de ti Señor,
mis alabanzas son de ti Señor,
mis alabanzas son de ti.
2do. CORO:
\\Porque tú eres el
“Rey De los Reyes”
porque tú eres
“Señor De Señores”
porque tú eres
“Alfa Y Omega”,
“Principio Y Fin”//.
3
Por la mañana
pienso en ti Señor,
a medio día pienso en ti Señor,
y por la noche pienso en ti Señor,
a toda hora pienso en ti
Mi buen Jesús,
con gran amor mi alma te canta,
de gratitud
de haber hallado en ti el perdón;
cuando en el mundo
en aflicción mi triste vida,
ya desahuciada
sin un consuelo en mi existir,
muy cariñoso a mi oído,
así me habló:
ven a mis brazos,
yo te daré la dulce paz,
como un reflejo llenó de luz
sus ojos santos,
llenó de amor mi corazón,
y volvió a latir.
2
Oh cuan hermosa
y dulce voz oí llamarme,
que fue embriagando
en ese instante todo mi ser,
fue transformado
mi llanto en canto,
y le adoré
con toda mi alma,
yo le entregué mi corazón,
un cielo azul lleno de luz,
lleno de vida,
y muchas almas
glorificaban su nombre allí,
yo me acerqué
y alcancé su manto santo,
y de mi azote en ese instante
me rescató.
3
Mi ser temblaba
sintiendo la dulce presencia,
de mi Jesús que con amor
a mí tocó,
y de rodillas caí a sus pies,
y perdón me dio;
mi Jesucristo me dio su mano,
y me levantó, su nombre alabo
y le prometo seguirle fiel;
quiero contarle a todo el mundo
quién es Jesús,
el Principado, el Poderoso,
el Admirable,
mi Consejero, mi Dios eterno,
mi Rey de paz.
Misionero que vas
a cumplir tu misión;
Tú que anuncias la paz
y los bienes de Sión;
A los campos que vas
anunciando su amor,
Que mi Cristo te guarde
y te sostenga fiel
Hasta volvernos a ver.
CORO
Cuán hermosos son los pies
sobre los montes,
Del que publica la paz,
del que alegres nuevas trae,
Del que anuncia salud,
del que trae nuevas de bien,
Del que dice a Sión tu Dios,
para siempre reinaras
Por los siglos, Amen.
2
Misionero que vas
a los campos de labor;
Anunciando las nuevas
de Cristo el Salvador;
Oraremos por ti
que te guarde el Señor,
Que te de, de su gracia,
que te de fortaleza,
Y te revista de valor.
3
Misionero que va
inspirado de Dios;
Anunciando la Paz
a lejana región;
Que te guarde el Señor
hasta volvernos a ver,
Si no es en ésta vida
será en la venidera
En las calles de Sión.
4
Misionero que anuncias
esta vida eternal;
Que mi Cristo te manda
que no debes cesar;
Levantad voz en cuello
y a los pueblos anunciad,
Que deben aceptar
la voz del Evangelio
Que los pueda salvar
Muchas gracias Señor,
por todas tus bendiciones,
porque en muchas ocasiones,
siempre me has librado
de grandes tribulaciones;
muchas gracias Señor
por tu grande ternura,
que quitó mi amargura
trayéndome la calma;
muchas gracias Señor.
2
Muchas gracias te doy
por doquiera que voy,
sea aquí, sea allá, donde quiera
que esté tu nombre alabaré;
muchas gracias Señor,
por tus misericordias,
en la noche siniestra
siempre me guiará tu diestra;
muchas gracias Señor
Muchas cuentas
tengo con mi Señor;
muchas cuentas
debo a mi Salvador,
si pagar pudiera su gran favor,
con gusto lo haría a mi Salvador.
CORO:
Que le daré, que le daré,
no tengo qué,
porque todas las cosas son suyas,
mi vida también, mi vida también;
sólo mi ser,
mi corazón puedo ofrecer,
si lo aceptas oh Cristo amoroso,
ocúpalo pues, ocúpalo pues.
2
Un palacio de oro quisiera dar,
como grato abono a mi Salvador,
pero eso nunca lo aceptará,
solamente quiere un buen corazón
3
Si David su siervo
que fue un gran rey,
y que mil tesoros llegó a tener,
con sus labios dijo
todo es de Dios,
y lo mismo suyo le ofrezco yo
Muchas cosas preciosas
En el cielo tendremos
Una linda corona
Que será para mí
CORO
Oh qué feliz, oh qué feliz
Cuando estemos allá, oh qué feliz
En las calles de oro
Qué contento estaré
Oh qué feliz, oh qué feliz
Cuando estemos allá, oh qué feliz
Todos juntos alabando
Al Cordero de Dios
2
Cristo viene en las nubes
A su Iglesia a buscar
A sus santos millares
Para siempre reinar
3
Ya prepárate hermano
Este mundo a dejar
Nos espera un gran viaje
A la mansión celestial.
Señor, tú eres el mismo ayer
Y por los siglos,
Dios de Abraham, Dios de Isaac
También de Israel.
Ellos confiaron en ti
Con gran esperanza;
También yo en ti confiaré
Y siempre te alabaré.
CORO:
Millares de millares le alaban
Millares de millares le asisten
Al Redentor de todo el mundo
Los seres celestes le adoran,
También en la tierra le sirven
Los que Jesús con su sangre lavó.
2
Señor, dichoso será el varón
Que tu escogieres, lo vestirás,
lo guardara hasta el postrero día. Tu eres la piedra angular
y el fundamento, el que creyere
en ti para siempre vivirá.
3
Señor, que te pudiera yo dar
Que sea mío,
Si todo es tuyo aun mi vida
Y el aire que respiro;
Que pudiera compensar
Tu sacrificio
Que ofreciste en la cruz
Por el mas vil pecador.
Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones
Copyright © 2020 Iglesia Gracia de Dios - All Rights Reserved.