A Dios canto con todas las fuerzas
de mi juventud
porque él ha llenado mi alma
de dicha y quietud;
le canto, le sirvo, le adoro
con solemnidad;
porque él es quien guía mi vida,
y mis pasos a la eternidad.
CORO:
A Jehová canta mi alma,
porque en él la calma
pude encontrar;
a Jehová elevo este canto,
porque siendo Santo
me dio santidad;
para él son mis canciones,
llenas de ilusiones,
con integridad;
para él he de vivir, porque ha
prometido morar en mí.
2
Gozoso camino en la senda,
porque voy con Dios,
por fe puedo ver en los cielos
su bella mansión;
escucho a mi lado la voz
de consolación,
y gozo sintiendo su divina gracia,
en mi corazón.
A Jesucristo ven sin tardar, que
entre nosotros hoy él está, y te
convida con dulce afán, tierno
diciendo: "Ven".
CORO:
¡Oh! cuan grata es nuestra
reunión, cuando allá, Señor, en
tu mansión,
contigo estemos en comunión,
gozando eterno bien.
2
Piensa que él sólo puede colmar
tu triste pecho de gozo y paz;
y porque anhela tu bienestar,
vuelve a decirte: "Ven"
3
Su voz escucha sin vacilar,
y grato acepta lo que hoy te da.
Tal vez mañana no habrá lugar
no te detengas, ven.
Al meditar Dios mío
en las cosas que me has dado,
mi corazón se inflama
turbado de emoción,
pues no encuentro palabras,
con qué expresar mi Cristo,
el agradecimiento, de mi alma
para ti.
2
Cambiaste tú mi vida,
me diste esperanza
y desde ese momento,
mi alma recibió
un gozo tan sublime,
que al paso de los años
ha sido cual la fuente de mi
felicidad.
CORO:
Agradecimiento hay en mi
corazón, canto de alegría
elevo con mi voz;
muchas son las cosas
que mi Dios me ha dado
y en agradecimiento,
en agradecimiento,
le sirvo a mi Señor.
3
Las veces que las pruebas
has puesto en mi camino
en vez de ser derrota,
han sido bendición;
pues ni por un instante,
tú me has dejado solo
y así tu santa mano,
ha sido mi sostén.
4
Permite que mi vida yo ponga por servirte, que dentro de mi
alma presente siempre estén
tus múltiples favores,
y tus misericordias,
que aún sin merecerlo,
has tenido para mí
El mundo es un desierto
el agua para el alma
no puede producir
y en ese desierto
mi alma transitaba
muriéndose de sed
CORO:
El agua cristalina el agua que
me diste Jesús yo la tome
y desde ese momento
haz transformado mi alma
y ahora soy feliz
2
se ha calmado el ansia
el deseo del mundo
ya sed nunca tendré
mi alma esta bebiendo
del agua de la vida
y el agua es mi Jesús
3
ahora solo veo
la gloria allá en el cielo
donde voy a vivir
morando con mi Cristo
el agua de la vida
que más puedo pedir
Al estar en la presencia
de tu divinidad
y al contemplar la hermosura
de tu santidad
mi espíritu se alegra en tu
majestad.
Te adoro a ti, te adoro a ti.
2
Cuando veo la grandeza
de tu dulce amor
y compruebo la pureza
de tu corazón,
mi espíritu se alegra
en tu majestad.
Te adoro a ti, te adoro a ti
CORO
Y al estar aquí delante de ti
te Adoraré,
postrado ante ti, mi corazón
te adora Dios;
y siempre quiero estar
para adorar y contemplar
tu santidad,
te adoro a ti Señor,
te adoro a ti
Al suelo vi caer una flor
Que el sol pronto marchito pero el viento vino fuerte y soplo y con el sus hojas llevó, la flor se cae la hierba muere el viento sopla y con el se va, mas la palabra de Dios es fiel, guárdala siempre y vivirás.
2
Es probable que tú digas así,
“La vida quiero gozar”
Pero el tiempo que vivimos aquí, tan corto es como una flor.
Así soy yo así eres tu como quimera los días son
Pero si quieres la vida eterna,
la encontraras solo en Jesús
Anhelo en las regias
mansiones morar,
do reina mi Salvador.
Escucho los ecos
de un dulce cantar,
de triunfo y de gran loor.
CORO:
A mi supremo Rey
alegre cantare;
mis ojos han de ver
la playa celestial.
Feliz y libre soy
y caminando voy,
con júbilo a mi eterno hogar.
2
Por senda escarpada
quizá he de andar,
el mundo me olvidará;
mas en la ribera del límpido mar
los santos me esperan ya.
3
Gloriosa esperanza,
inefable paz,
que siente mi corazón;
que dulce es tener
comunión y solaz,
con Dios en adoración.
4
Eleva tu vista
y contempla a Jesús,
sé fiel a tu Rey y Señor;
los nítidos rayos
que nimban la cruz,
te envuelvan en su esplendor
En esta vida esperamos la victoria,
la que el Señor, él mismo nos dará;
después iremos
a estar con él en gloria,
donde se goza de eterna libertad.
CORO:
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
¡Aleluya, aleluya al Señor!
¡Aleluya, aleluya, aleluya!
El nos libra del tentador.
2
Muchas moradas
Jesús ha prometido,
de las que dijo nos iba a preparar;
dejando éstas por siempre
en el olvido, jamás de ellas
nos vamos a acordar.
3
Mil años dice,
la paz será abundante,
al que ha tenido gratuita salvación;
su canto siempre dirá
que fue triunfante, que fue librado
de eterna perdición
4
Vestido blanco, también corona y
palma, uno por uno al fin recibirá;
la vida eterna que Dios al alma da,
esta promesa nunca faltará
Allá en los olivos,
se oyó una Plegaria
de un hombre postrado
en humilde oración,
en ella imploraba
al amparo divino;
la angustia era amarga
en su corazón.
CORO:
En soledad y en aquella amarga
agonía se dio por su amor;
solo allí, con las aves formó
un concierto uniendo su voz.
2
Los hombres que amaba,
llevaba consigo
para que velaran en cierto lugar;
mas ellos dudando
de aquella agonía
y ajenos de todo
durmieron en paz.
3
Cuando su plegaria
termina con llanto,
regresa, a los suyos
viene a despertar.
"La hora es llegada,
mi alma está triste,
la muerte se acerca,
levantaos ya"
4
Estando aún hablando,
una turba se acerca,
vienen a aprenderle
como a un malhechor;
soldados romanos
con palos y espadas
son guiados por Judas
el hombre traidor.
5
Haciendo gran burla,
así lo juzgaron
y allá entre los malos
contaron le a él;
a cambio de vida
le dieron la muerte,
por sus beneficios
vinagre con hiel.
6
Así fue llevando
la cruz al calvario
y en ella el pecado
de la humanidad;
sus últimas frases
fueron de bondad:
"Perdónales Padre
toda su maldad".
J. Jesús Corrales
Paz inmensa siento en mi alma hoy
porque ya Cristo me redimió,
me salvó del mal con su gran poder
en la cruz do su sangre vertió.
CORO:
// ¡Allí estaré! ¡Allí estaré! //
cuando la trompeta suene,
allí estaré,
// ¡Allí estaré! ¡Allí estaré! //
al llamar mi nombre
yo responderé.
2
Gloria sea a Cristo el Salvador,
en verdad él es todo aquí;
de todo el mundo es el Redentor,
su Palabra lo dice así.
3
Cristo prometió
que regresará
a reinar con sus santos
en luz;
en las nubes pronto aparecerá,
fue así que nos dijo Jesús.
4
Hay una mansión
que fue a preparar,
donde mora la felicidad;
y allí con él hemos de reinar
por toda la eternidad.
Me dicen que hay
una bella ciudad,
Allí quiero ir ¿y tú?
en donde es eterna
la felicidad,
Allí quiero ir ¿y tú?
Jesús las mansiones
nos fue a preparar,
Allí quiero ir ¿y tú?
a donde la muerte
no puede llegar,
Allí quiero ir ¿y tú?
CORO:
\\Alli quiero ir, allí quiero ir,
Allí quiero ir, ¿y tú?//
2
De perlas sus puertas,
su mar de cristal,
Allí quiero ir, ¿y tú?
es Cristo la luz
del país celestial,
Allí quiero ir ¿y tú?
allí los que moran
jamás morirán,
Allí quiero ir ¿y tú?
en donde terminan
congojas y afán,
Allí quiero Ir ¿y tú?
3
Y cuando navegue
la nave de Sión,
allí quiero ir, ¿y tú?
al darse a la vela
para esa mansión,
allí quiero ir, ¿y tú?
y cuando me llame
mi Cristo también,
allí quiero ir, ¿y tú?
y cuando los coros
pronuncien Amén,
allí quiero ir, ¿y tú?
Ante el trono celestial
Él intercede hoy por mí
Gran Sacerdote es Jesús
Quien por siempre vivirá
Y en Sus manos por Su amor
Mi nombre ya grabado está
Y mientras en Su trono esté
Nadie de Él me apartará
Nadie de Él me apartará
2
Cuando he caído en tentación
Y al sentir condenación
Al ver al cielo encontraré
El inocente quien murió
Y por su muerte el Salvador
Ya mi pecado perdonó
Pues Dios, el Justo, aceptó
Su sacrificio hecho por mí
Su sacrificio hecho por mí
3
He aquí el Cordero Redentor
Quién al morir resucitó
El inmutable gran Yo Soy
El Rey de gloria y majestad
Unido a Él no moriré
Pues con Su sangre me compró
Mi vida escondida está
En Cristo Dios, mi Salvador
En Cristo Dios, mi Salvador
Un día en oración
al Señor oí hablar;
ardió mi corazón,
al oír su voz llamar.
CORO:
Anuncia mi evangelio
al mundo de maldad,
pues, mira que el tiempo
muy cerca está en verdad.
2
Su cuerpo en dolor
vi clavado en la cruz.
Con lágrimas de amor:
Me decía mi Jesús.
3
Su rostro vi también:
La apariencia de un varón
golpeado por el bien,
y decirme al corazón
4
Con gran dolor lloré
al oír la petición; contigo yo seré:
Me decía con pasión.
Lorenzo E. Salazar
El cordero que sufrió
Traicionado fue
El peso de nuestra maldad
Fue puesto sobre Él
2
En silencio soportó
Dolor y humillación
Obediente al Padre fue
La cruz por mí cargó
CORO:
En aquella cruz me salvaste
Derramaste allí tu amor
Mi alma cantará Aleluya
Gloria y honra a ti Señor
3
Unigénito de Dios
Viniste a redimir
Y perdonar a todo aquel
Que se acerca a ti
[CORO]
Puente:
El pagó por mí
Su perdón me dio
Por la sangre que
Derramó en la cruz
El pecado ya
No me puede atar
Libre soy en Él
Libre en verdad
[CORO]
4
A la muerte Él venció
La tumba abierta está
Aleluya al Salvador
Jesús resucitó
Bajo de las estrellas
anduvo mi Jesús,
en el jardín del Getsemaní.
Donde luz no se halló,
Cristo se arrodilló,
cuando oró bajo del olivar.
CORO:
Bajo del olivar, bajo del olivar,
fue mi Cristo a solas a orar:
Sea tu voluntad,
¡oh Padre Celestial!
él clamó bajo del olivar.
2
Cuando al Padre él oró,
muy triste se quedó,
fue amarga la copa que bebió;
vino un ángel del cielo
y le confortó,
cuando oró bajo del olivar.
3
Siempre sea mi canción
el amor que mostró
mi Jesús cuando oró en el jardín;
gloria sea dada a él,
mis culpas él llevó,
cuando oró bajo del olivar
Nunca esperes el momento
de una grande acción
ni que pueda lejos ir tu luz;
de la vida a los pequeños
actos da atención,
Brilla en el sitio donde estés.
CORO:
Brilla en el sitio donde estés,
Brilla en el sitio donde estés:
Puedes con tu luz
algún perdido rescatar,
Brilla en el sitio donde estés.
2
Puedes en tu cielo
alguna nube disipar,
haz a un lado tu egoísmo cruel;
aunque sólo un corazón
pudieres consolar,
Brilla en el sitio donde estés.
3
Puede tu talento
alguna cosa descubrir
do tu luz podrá resplandecer;
de tu mano el pan de vida
puede aquí venir,
Brilla en el sitio donde estés
Brille o no el sol,
verano o invierno sea,
recorre la
montaña, el soto, el llano;
cual Cristo la
palabra en Galilea,
sembrar es tu
misión si eres cristiano.
2
Siembra doquiera
la verdad divina,
siémbrala con
afanes, con dolores;
que el soplo del
Espíritu germina,
planta que al cielo
da frutos y flores.
3
Quizás alguna
vez tu planta herida,
sientas por las
espinas del sendero;
¿no ves con ellas
de Jesús ceñida
la frente augusta
en el fatal madero?
4
Siembra, no temas
en la peña dura,
deja en la roca
estéril caer el grano,
que suele hallar
la gracia una hendidura,
en el granito
del orgullo humano
5
En las arenas,
siembra del desierto,
donde el rocío
suave no descienda;
tú animarás
al corazón ya muerto,
con esa vida
que tu amor encienda
6
En la región
de dudas y de penas,
donde el sol
jamás llegó la llama;
esparce la
semilla a manos llenas,
y fe y virtud
y caridad derrama.
1
Cada paso que de yo en la vida,
quiero siempre de Dios depender,
Y mi fe cuando se halle insegura ,
con amor pueda fortalecer.
Coro
Con mi Dios andaré seguro,
y el calmara mi ansiedad,
Quien poda romper mi escudo,
ni la muerte ni nadie podrá.
2
Caminando el señor va conmigo,
indicando el camino a seguir,
Y la meta final yo prosigo,
donde el premio he de recibir.
Gozándome yo voy
para aquel hogar,
caminando, caminando;
yo siempre no me quiero
aquí quedar,
Caminando para aquel hogar.
CORO:
Caminando, caminando
para aquel hogar
en donde está Jesús;
caminando, caminando
de la mano del Señor Jesús.
2
Dejando este mundo y todo mal,
caminando, caminando;
Jesús ha prometido
conmigo estar,
Caminando para aquel hogar.
3
Yo quiero pecadores
también llevar,
caminando, caminando;
para que Cristo los
pueda hoy salvar,
Caminando para aquel hogar.
4
Entonces yo a Cristo allí veré,
caminando, caminando;
por siempre yo su nombre alabaré,
Caminando para aquel hogar
Tu me preguntas porque le canto
porque le canto a mi Salvador
Tu no comprendes lo que pasado
que ha transformado mi corazón.
Hoy me preguntas porque le alabo,
Porque le adoro y le doy mi amor.
Cuando lo entiendas y lo comprendas
Le cantaras con el corazón.
Cuando lo entiendas y lo comprendas
Le cantaras con el corazón.
CORO:
Solo El, solo El
Solo El pudo cambiar mi corazón
2
Tu me preguntas con insistencia
Porque yo lloro ante el altar;
Tu no conoces lo que yo siento,
Que me estremece y me hace llorar.
Es que mi vida toda ha cambiado,
Ya no hay tristeza ya no hay dolor.
Cuando lo entiendas y lo comprendas
Le cantaras con el corazón.
Cuando lo entiendas y lo comprendas
Le cantaras con el corazón
Jehová Dios mío,
a ti clamé y me sanaste,
también hiciste
subir mi alma del sepulcro;
de la inmundicia,
con tu virtud me sacaste,
dísteme vida, dísteme vida
y comunión con el justo.
CORO:
¡Cantad a Jehová
Vosotros sus santos!
cantad la memoria
de su santidad.
Porque en un momento su ira será,
y en su voluntad la vida está.
2
Por la tarde, el llanto nos durará,
y a la mañana la alegría vendrá;
dije yo, en esta prosperidad,
jamás movido, jamás movido
mi sentimiento será.
3
Por tu bondad y tu gran benevolencia,
ha sustentado
mi alma tu fortaleza.
Cuando escondiste
tu rostro de mi presencia,
turbado fui, turbado fui
y a ti clamé con vehemencia
4
A ti Jehová,
con mi llanto clamaré
a ti Señor, a ti te suplicaré;
cuando en peligro
de muerte mi alma esté,
si tú me ayudas, si tú me ayudas
en todo yo venceré.
Isabel V. Maclas
1
Cerca de ti, yo quiero vivir;
Mas de tu amor, yo quiero sentir;
De tu presencia, yo quiero gozar;
Y en tus atrios, yo quiero morar.
CORO:
Si tú me ayudas, yo podré llegar;
Mirarte un día, es todo mí anhelar;
2
Pon tu mano, en mi mano Señor;
Sostenme fiel, y dame valor;
Tu dulce voz, pueda yo escuchar;
A cada momento, en mi caminar.
Si tú me ayudas, yo podré llegar;
Mirarte un día, es todo mí anhelar;
3
Cuando en tu gloria, contigo yo este;
De alegría, yo te alabare;
Como un sueño, aquello será;
Pero un día; será realidad.
// Si tú me ayudas, yo podré llegar;
Mirarte un día, es todo mi anhelar.//
Con qué pagaremos
el inmenso amor,
que diste tu vida
por el vil pecador;
Señor Jesucristo,
conforta mi alma,
para que yo pueda
vencer en la lucha,
y servirte mejor.
CORO:
No tengo que darte,
por amarme tanto,
recibe este canto mezclado
con llanto, de mi corazón.
2
Y cuando la noche
extienda su manto,
mis ojos en llanto
en ti fijaré;
alzando mis ojos,
veré las estrellas,
yo sé que tras ellas,
Cual Padre amoroso
tú velas por mí.
3
No puedo pagarte
con oro ni plata,
el gran sacrificio
que hiciste por mí;
en cambio recibe
la ofrenda humillada,
la ofrenda humillada,
Señor Jesucristo, mi fiel corazón
Con tu amor y tu sangre preciosa,
me limpiaste por siempre,
¡oh Jesús!
hoy camino en tu senda gloriosa,
con tu cruz, con tu cruz, ¡oh Jesús!
CORO:
Me alimenta tu gracia divina,
me sustenta tu amor que da paz;
amor puro esta luz que ilumina;
de tu amor, de tu amor,
dame más.
2
No permitas que deje tu senda,
por pesada que sea tu cruz;
haz que en mi alma
una llama se encienda,
con tu luz, con tu luz, ¡oh Jesús!
3
Cuando suba contigo a los cielos,
en morada feliz viviré;
dulces cantos de amor y consuelo,
cantaré, cantaré, cantaré
Conozco que todo lo puedes
Que mi pensamiento
No lo puedo esconder
Hablaba lo que no entendía
Y de oídas te había oído.
Mas ahora mis ojos te ven
Yo te preguntare y tú me enseñaras
Mas ahora mis ojos te ven
Me rindo a tus pies y me arrepiento. Señor
1
Digno de recibir toda adoración
Digno de recibir hoy está canción
Digno de entregarte mi corazón
Vivo por Ti
2
Cristo Jesús no hay otro nombre igual
Cristo, no hay nadie más que pueda salvar
Digno de entregarte mi corazón
Vivo por Ti, vivo por Ti
CORO
Santo, como Tu no hay nadie
Dios incomparable
Abres Tu mis ojos Cristo
Quiero conocerte más y
Ser lleno de Ti hoy
Y llevar Tu amor al mundo
1
¿Quién formó las olas al hablar?
¿Quién contó la arena en el mar?
Reyes, pueblos, tiemblan a Su voz
La creación le rinde adoración
CORO
Contempla a Dios
En Su trono está
Venid y adoradle
Contempla al Rey
Nadie es como Él
Venid y adoradle
2
¿Quién le dio consejo al Señor?
¿Quién cuestiona lo que Él habló?
¿Quién al sabio Dios puede enseñar?
¿Quién comprende Su gran majestad?
3
¿Quién sufrió los clavos en dolor?
¿Quién llevó el mal del pecador?
Jesucristo, humilde al perecer
Ha triunfado y reina con poder
CORO:
Contento estoy,
pues sé que Cristo me ama,
y que a los suyos
siempre guardará,
y al ascender a la mansión
celeste, con él en gloria
mi alma reinará.
1
Si en su furor me asalta el enemigo
y si en mi senda
el sol no irradia luz;
no temeré si Dios está conmigo,
contento estoy
de andar con mi Jesús.
2
Por mas que mis amigos
me desprecien,
al ver mi esfuerzo
en ser a Cristo fiel;
no vuelvo atrás,
él puede defenderme;
contento estoy,
mi fe descansa en El
3
El mundanal placer
que muchos buscan,
al alma deja cual marchita flor:
Sólo en Jesús
hay gozo incomparable;
contento estoy,
sirviendo al Salvador
Cordero, que bajaste del cielo,
a morir en la cruz,
para darme la luz
y también salvación;
vertiste tu sangre inmaculada,
con la cual mi maldad,
al morir tú en la cruz,
la borraste Jesús.
CORO:
Hoy te alabo Señor,
Con todo mi corazón.
Porque, porque tú eres mi Dios
porque tú eres mi Dios
y mi buen Salvador
que moriste por mí.
2
Tú eres el que diste a mi vida,
esa paz sin igual, que no pude
encontrar en el mundo falaz;
ahora mi alma alegre te canta,
disfrutando el amor
que en la cruz del dolor
demostraste Señor
Coronado de majestad
Toda rodilla se doblara
Toda lengua confesara
Jesucristo es Señor
2
Señor tu nombre bendeciré
Señor tu nombre engrandeceré
Señor tu nombre adorare
3
Pues que nombre habrá
digno de bendecid
Pues que nombre habrá
digno de adorar.
Cristo es nuestro jefe,
nos lleva a la lid,
y en su santo nombre
siempre combatid;
por su santa causa
debemos luchar;
y le seguiremos fiel.
CORO:
¡Adelante! es la orden del Señor,
¡Adelante! vamos sin temor;
¡Adelante! canta ya su grey.
La victoria es cierta
con el Rey.
2
Nuestra es la victoria,
Jesucristo es Dios,
y en su santo nombre
vamos sin temor;
nada nos arredre,
vamos con valor;
todos vamos a vencer.
3
Somos bautizados
en Cristo Jesús.
El nos ha salvado
muriendo en la cruz,
Él nos ha sellado
con su Espíritu,
y le seguiremos fiel.
4
Nuestro estandarte
luce por doquier,
con poder y gloria
siempre se ha de ver;
Cristo nuestro jefe,
al mundo venció:
Y le seguiremos fiel.
5
La preciosa lucha,
larga no será,
y a los vencedores
nos congregará,
donde cantaremos
un himno triunfal:
Sí, hoy le seguiremos fiel.
Benjamín Cantú
En las olas inmensas
de embravecido mar,
que asaltan a mi alma
la pobre embarcación:
De rodillas a Cristo
clamé, y el huracán
deshecho fue al instante
a la voz de Dios.
CORO:
Es Cristo la Roca,
el ancla de mi fe;
los males, lamentos,
y ayes de temor,
terminan por siempre,
con mi Supremo Rey;
es Jesucristo mi refugio
2
Me guarda de peligros,
de pruebas, de dolor;
él manda que los vientos
no agiten tempestad:
Los mares se detienen,
la ola reposó,
y en Cristo fijo el ancla,
confiando más.
3
Mi dulce Salvador, sí,
mi hermoso amigo y Dios,
que libra de tristezas y aleja
amarga hiel:
Por fe yo iré al cielo,
mansión del ser de amor,
la fuente inagotable
de dicha y bien
En el fondo de mi alma
hay una dulce quietud
Se difunde inundando mi ser
Es una calma infinita
que sólo podrán
Los amados de Dios comprender
CORO
Paz, paz, cuan dulce paz
Es aquella que el Padre me da
Yo le ruego por siempre
que inunde mi ser
En sus ondas de amor celestial
2
Que tesoro yo tengo
en la paz que me dio
Y en el fondo de mi alma ha de estar
Tan segura que nadie
quitarla podrá
Mientras mire los años pasar
3
Alma triste que en rudo
conflicto te ves
Sola y débil tu senda al seguir
Haz de Cristo tu amigo
pues fiel siempre es
Y su paz tu podrás recibir
Y su paz tu podrás recibir
Su ley divina llena mi alma,
Su dulce paz, de excelsa calma,
Rayos de luz, felicidad sin par,
Mana del cielo cae sobre su altar.
CORO:
¡Cuán amables son tus moradas!
¡Oh! Jehová de los ejércitos;
¡Cuán amables son tus moradas!
¡Oh! Jehová de los ejércitos;
Codicia y aun ardientemente
Desea mi alma
los atrios de Jehová,
Perpetuamente te alabaré
En tus altares,
Mi corazón y mi carne
cantan al Dios vivo.
2
Senda preciosa, feliz morada,
Fuente de amor es la jornada;
¡Llena de gloria!
¡monte de bendición!
Casa de Dios es esta salvación.
3
Canto de amor y de esperanza,
Canta mi ser en alabanza;
Por conocer su divina voluntad,
Fuente de luz es su benignidad.
4
Grande es su misericordia,
Santa virtud, llena de gloria;
Árbol de vida, ¡Cual feliz Edén!
Que salva de la muerte
y del desdén.
Señor, mi Dios,
al contemplar los cielos,
el firmamento y las estrellas mil,
al oír tu voz
en los potentes truenos
y ver brillar al sol en su cenit:
CORO:
Mi corazón entona
la canción,
¡Cuan grande es él!
¡Cuan grande es él!
mi corazón entona
la canción,
¡Cuan grande es él!
¡Cuan grande es él!
2
Cuando recuerdo
del amor divino,
que desde el cielo
al Salvador envió;
aquel Jesús
que por salvarme vino
y en una cruz sufrió
por mí y murió.
3
Cuando el Señor me llame
a su presencia,
al dulce hogar,
al cielo de esplendor,
le adoraré cantando la grandeza
de su poder y su infinito amor.
Cuando la trompeta suene
en aquel día final,
y que el alba eterna rompa en claridad;
cuando las naciones salvas
a su patria lleguen ya,
y que sea pasada lista,
allí he de estar.
CORO:
Cuando allá se pase lista,
Cuando allá se pase lista,
Cuando allá se pase lista:
A mi nombre yo feliz
responderé.
2
En aquel día sin nieblas,
en que muerte ya no habrá,
y su gloria el Salvador impartirá;
cuando los llamados entren
a su celestial hogar,
y que sea pasada lista,
allí he de estar.
3
Trabajemos por el Maestro,
desde el alba al vislumbrar;
siempre hablemos de su amor
y fiel bondad,
cuando todo aquí fenezca
y nuestra obra cese ya,
y que sea pasada lista,
allí he de estar
Cuando despertare
a su semejanza, y sea cumplida
mi grande esperanza,
de llegar allá a la patria divina
a morar por la eternidad.
CORO:
Yo veré a Cristo sentado
a su diestra,
y sus santos cantando
alabanzas a él,
y sus cuerpos brillando
como las estrellas,
y seremos su pueblo,
y El nuestro Rey.
2
Mientras que le espero
en el mundo perdido,
como peregrino en esta jornada,
andaré en luz
y en sus santos caminos,
Guardando en mí ser su Palabra.
3
Cuando se me acerquen
las luchas y pruebas,
de los días malos y de tristeza,
confiaré en Dios
y en su potencia,
y será él mi fortaleza.
¡Cuan glorioso es el cambio
operado en mi ser,
Viniendo a mi vida el Señor!
hay en mi alma una paz
que yo ansiaba tener:
La paz que me trajo su amor.
CORO:
¡El vino a mi corazón!
¡El vino a mi corazón!
soy feliz con la vida
que Cristo me dio,
cuando él vino
a mi corazón.
2
Ya no voy por la senda
que el mal me trazó,
do sólo encontré confusión;
mis errores pasados
Jesús los borró,
Cuando él vino a mi corazón.
3
Ni una sombra de duda
oscurece su amor,
amor que me trajo el perdón:
La esperanza que aliento la
debo al Señor,
cuando él vino a mi corazón
Cuándo estoy desalentado
pienso más en mi Señor,
hay momentos que en la vida
siento ya desfallecer,
pero luego, luego pienso
que en sus brazos estaré.
CORO:
Cuando más enfermo estoy
Cristo me quita el dolor,
me da completa salud
a mi ser si enfermo estoy,
y si es que ya llegó
el momento de partir,
sé que mi alma irá a dar
a los brazos del Señor.
2
Nada, nada de este mundo
de su amor me apartará,
ni las luchas, ni las pruebas,
cuantas cosas pasarán;
pero sé que Jesucristo,
de mí no se apartará.
Señor, hasta los cielos
llega tu, misericordia
Señor, hasta los cielos
llega tu misericordia
Cuan preciosas, oh oh oh Dios
son tus misericordias
Cuan preciosas, oh oh oh Dios
son tus misericordias.
Cuando llegue el final
de esta vida fugaz,
yo diré que Jesús
en mi alma triunfó.
Qué gozoso estaré
en aquel resplandor,
los que Cristo compró
ahí se reunirán.
CORO:
Ante el trono de Dios,
allí se reunirán
todos los redimidos,
y a una voz cantarán.
2
El Cordero de Dios
nuestro todo será,
en su real esplendor
el nos alumbrará.
La gran Jerusalén,
la ciudad celestial,
desde el cielo de
Dios se verá descender
Cuando termine mi jornada
en este mundo,
alabaré a Dios
por el amor profundo;
cuando llegare
a la ciudad santa de Sión,
recibiré una corona y bendición
CORO:
Aunque todos
me desprecien
por el bien,
ciertamente el Cordero
yo he de ver;
en su trono alabaré
su nombre santo,
de hermosura me vestiré
con su manto.
2
Todas las gentes
me desprecian por su nombre,
no han comprendido
que nuestro Dios,
él no es hombre.
El día se llega cuando perplejos
se quedarán,
al ver a Cristo el Rey de gloria
que vendrá.
3
Por la fe voy caminando
hasta verlo,
El preparó con justicia
este sendero;
quiero verle cara a cara,
éste es mi anhelo;
para encontrar la dulce paz,
gozo y consuelo.
4
Si tú le buscas
hallarás revelación,
que te conduce
hasta las puertas de Sión;
el precio está pagado
ya para tu entrada,
cuando termines tu también
fiel tu jornada.
Dame un nuevo corazón,
que te alabe noche y día;
dame un nuevo corazón,
y que seas tú mi guía;
dame un nuevo corazón,
y que sea morada tuya;
dame un nuevo corazón,
dame un nuevo corazón,
Aleluya.
2
Quiero amarte mi Señor,
porque estoy agradecido;
ya me diste salvación,
y es un Don inmerecido;
me cambiaste el corazón,
y me diste nueva vida.
¡Oh! Qué hermoso amar a Dios.
¡Oh! Qué hermoso amar a Dios,
Aleluya.
3
Quiero serte fiel Señor,
por el don que tú me has dado;
por tu gracia y tu bondad,
tu nombre es glorificado;
me propongo a ti servir,
porque a mí tú me has amado;
hoy te doy mi gratitud,
hoy te doy mi gratitud.
Aleluya.
4
Cuan bello es en ti confiar,
nuestras penas y desvelos;
la angustia pronto se va,
y en ti hallamos el consuelo;
por el grande amor de Dios
elevo mi canto al cielo.
Ya es de Dios mi corazón,
ya es de Dios mi corazón.
Aleluya.
De gloria en gloria te veo
Cuanto más te conozco
Quiero saber más de ti
Mi Dios cual buen alfarero
Quebrántame, transfórmame
Moldéame a tu imagen Señor
// Quiero ser más como tu
Ver la vida como tu
Saturarme de tu Espíritu
y reflejar al mundo tu amor //
Escuchad la voz de Dios llamando,
¿Quién irá por mí a trabajar?
¿Quién libertará a los perdidos?
¿Quién la senda estrecha
mostrará?
CORO:
Di, Señor, di Señor,
di, y luego yo responderé;
di, Señor, dime a mí,
di, e iré doquiera,
"heme aquí".
2
Cuando el ángel al profeta puso
un carbón prendido del altar,
"¿Quién irá por mí?", la voz decía,
contestó: "acudo a tu llamar"
3
Ved, ahora miles que perecen
en tristeza, oíd a su clamor;
vete, hermano, vete al socorro,
dile: "Maestro, heme aquí, yo voy".
4
Pronto pasa el tiempo de la siega,
cuando en su celestial hogar:
de Jesús gocemos la mirada,
oír su voz: "fiel siervo, ven acá"
En pecado me encontró Jesús,
y me dio rescate ¡Gloria a él!
me limpió de toda iniquidad,
me llenó con su Espíritu.
CORO:
Día alegre cuando él me halló,
me sacó de la oscuridad;
arrojó mis pecados a la
profunda mar,
y llenó mi alma de gozo y de paz;
día de gozo, ¡oh aleluya!
día de gozo fue para mí,
cantare y diré:
¡Hosanna en Gloria!
cuando estemos allá con él.
2
Líbrame de toda la tentación;
sálvame de toda persecución;
líbrame de toda la perdición,
y seré siempre fiel, Señor.
3
Cuando esté con Cristo
allá en la gloria
cantaremos en un coro celestial;
gozaremos de una vida eternal,
cuando estemos allá con él.
4
No me olvides,
¡oh, Dios de mi salud!
ayúdame con tu grande poder;
a mi enemigo
entonces podré vencer,
porque tú eres mi ayudador
Cuando estés cansado y abatido,
dilo a Cristo, dilo a Cristo;
si te sientes débil, confundido
dilo a Cristo el Señor.
CORO:
Dilo a Cristo, dilo a Cristo,
El es tu amigo más fiel;
no hay otro amigo como Cristo,
Dilo tan sólo a El.
2
Cuando estés
de tentación cercado,
mira a Cristo, mira a Cristo;
cuando rujan huestes de pecado,
Mira a Cristo el Señor.
CORO: Mira a Cristo, etc.
3
Si se apartan otros de la senda,
sigue a Cristo, sigue a Cristo;
si acrecienta en torno la contienda,
Sigue a Cristo el Señor.
CORO: Sigue a Cristo, etc.
Cuando llegue la final jornada,
fía en Cristo, fía en Cristo;
te dará en el cielo franca entrada,
Fía en Cristo el Señor
Día tan grande no puedo olvidar,
día de gloria sin par;
cuando en tinieblas al verme andar, vino a salvarme el Señor;
gran compasión tuvo Cristo de mí,
de gozo y paz me llenó;
quitó las sombras
¡Oh gloria a su nombre!
La noche en día cambió.
CORO:
Dios descendió
y de gloria me llenó,
cuando Jesús
por gracia me salvó;
fui ciego, me hizo ver,
y en él renacer;
Dios descendió
y de gloria me llenó.
2
Nací de nuevo en virtud de Jesús
a la familia de Dios,
Justificado por Cristo el Señor
gozo la gran redención;
Bendito sea mi Padre y Dios,
que cuando vine con fe
Fui adoptado por Cristo el Amado;
Loores por siempre daré.
3
Tengo esperanza de gloria eternal,
me regocijo en Jesús;
me ha preparado un bello lugar
en la mansión celestial;
siempre recuerdo con fe y gratitud
al contemplarle en la cruz,
que sus heridas me dieron la vida.
Alabo al bendito Jesús.
Dios es mi salvación,
Dios es la fuente de la vida;
Dios es mi salvación,
y su palabra es mi guía.
Comprende él muy bien
el dolor de los humanos,
él mismo se humanó
y habitó entre los mortales.
CORO:
Y sus promesas
que me hacen soñar,
y sus bondades que son sin igual,
que fluyen libre cual un manantial,
de gracia y amor.
Cuando al sentir en mi ser su poder,
de pronto empieza
el llanto a brotar,
y me satura con su resplandor,
en dulce oración.
2
Dios es mi salvación,
es la esperanza de la humanidad;
Dios es mi salvación,
el que me imparte de su gracia.
Comprende él muy bien
el dolor de los humanos,
el que creyere en él
disfrutará de vida eterna.
Arnulfo Velásquez
Dios tu nombre exaltare
y yo canto tus bondades
yo contigo soy feliz
Te doy gracias por salvarme
Del cielo viniste tu
a redimir
desde la tierra a la cruz
a perdonar
de la cruz al morir
del morir a la luz
Dios tu nombre exaltare
Divino compañero del camino,
tu presencia siento yo al transitar;
ella ha disipado toda sombra,
ya tengo luz,
la luz bendita de su amor.
CORO:
Quédate, Señor,
ya se hace tarde,
te ofrezco el corazón para posar;
hazlo tu morada permanente,
acéptalo, acéptalo mi Salvador.
2
La sombra de la noche
se aproxima,
y en ella el tentador acechará;
no me dejes solo
en el camino,
ayúdame, ayúdame hasta llegar.
3
Contigo la jornada se hace corta,
no habrá sed, ni sol fatigará;
si en el mar las olas amenazan,
tu sobre ellas majestuoso
andarás
Dulce comunión la que gozo ya
en los brazos de mi Salvador.
¡Qué gran bendición
en su paz me da!
¡oh! yo siento en mí
su tierno amor.
CORO:
Libre, salvo
del pecado y del temor,
Libre, salvo
en los brazos de mi Salvador.
2
¡Cuan dulce es vivir,
cuan dulce es gozar!
en los brazos de mi Salvador,
allí quiero ir y con El morar,
siendo objeto de su tierno amor.
3
No hay que temer,
ni que desconfiar en los brazos
de mi Salvador;
por su gran poder, El me guardará
de los lazos del engañador
En Jesucristo, mártir de paz,
en horas negras de tempestad,
hallan las almas dulce solaz,
grato consuelo Y felicidad.
CORO:
¡Gloria cantemos al Redentor!
que por nosotros quiso morir;
la santa gracia del Salvador
siempre dirija nuestro vivir.
2
En los peligros, en el dolor,
a cada paso su protección;
calma le infunde, santo vigor,
nuevos alientos al corazón.
3
Cuando en la lucha falta la fe,
y el alma siente desfallecer,
Cristo nos dice: "Yo os colmaré
de rica gracia, santo poder"
Cantad alegres a Jehová, toda la tierra; Levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos.
Cantad salmos a Jehová con arpa; Con arpa y voz de cántico.
Aclamad con trompetas y sonidos de bocina, Delante del rey Jehová.
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